U2

U2

¿Puede, un grupo musical, sintetizar post punk, rock and roll, religión y política, y ser exitoso por más de casi 30 años?. U2 lo ha logrado. En el otoño irlandés de 1976, en Dublin, “Babyface” Müllen (Larry Müllen Jr.) cuelga en la cartelera del colegio un aviso buscando músicos para formar una banda. Concurren Paul Hewson (Vono Box, luego tan solo Bono), un bajista: Adam Clayton, Dave Howell (The Edge) con la guitarra al hombro (también era el encargado de los teclados) y Dick Evans. Dick se abre rápidamente de sus compañeros para unirse a “The Virgin Prunes”. El resto llama a su pequeña banda “Feedback” que pronto cambiarán por “The Hype”. Aún estando en la secundaria hacen su primera aparición en 1978, en la ciudad de Limerick, en un concurso de nuevos talentos en el cual resultan triunfadores. “The Hype” gana, además de dinero, la posibilidad de grabar un single, otorgada por CBS. La agrupación interpreta versiones de los Rollings Stones y los Beatles, aunque no tardarían mucho en generar su propio cancionero; sin imaginarse lo que serían hoy en día. U2.
En la actualidad, nada tiene que ver ya con aquellos cuatro muchachos tímidos que recorrieron por primera vez Inglaterra en un autobus barato; ahora, como monstruos consagrados, como dioses de la última década del siglo XX, utilizan las limusinas más despampanantes acompañados de la más sofisticada parafernalia que la tecnología pueda ofrecer, aunque eso sí, comprometidos siempre con los movimientos más activos de la lucha antirracista, social y ecologista.
Bono dice "No venimos de ninguna parte". Su exito se basa en la increible fuerza y originalidad del trabajo a lo largo de su ámplia y triunfante carrera musical. No tenían raices, no tienen pasado. Siguen siendo ellos; los mismos que cuatro componentes del viejo grupo del 76, aunque totalmente transformados en infinitas dimensiones de tiempo y espacio. No saben cuál será el futuro, aunque crean que lo tienen ya calculado. Pero si es cierto que su presente es algo tan vivo, latente y trepidante que rompe con todos los moldes y previsiones del concepto de rock más rabiosamente actual, intemporal, increíble y eterno.